Ciudad de México.- El empresario Ricardo Antonio Vega Serrador, implicado por las autoridades federales con operaciones de la mafia rumana, rechazó tener nexos con ese grupo criminal, pero reveló que la UIF le congeló 270 cuentas bancarias de sus empresas del giro inmobiliario, gasolinero, restaurantero, entre otros.

El llamado "Zar de la gasolina" y propietario de una de una de las colecciones de Ferraris más grandes del mundo, admitió que hizo una transacción con Francisco Evodio Garibay Osorio –exdirector del Instituto del Patrimonio Inmobiliario de la Administración Pública de Quintana Roo (IPAE)– al venderle Inmobiliaria Crisantemos, que entre sus acciones incluía un inmueble.

Ese inmueble fue vendido por Garibay a un socio de Florian Tudor, a quien las autoridades señalan como líder de la mafia rumana.

“No lo conozco (a Tudor) ni a ningún rumano, ni sé quién es ni lo he visto jamás”, dijo en entrevista el empresario ante los señalamientos de la UIF, y recordó que en 2010, el empresario decidió vender las acciones de la Inmobiliaria al exfuncionario del sexenio de Félix González Canto.
La Inmobiliaria fue operada por Garibay Osorio y su hijo Iván Eliud Garibay Pulido. En 2015, vendieron a un socio de Florian Tudor un predio de 320 metros cuadrados en Cancún por apenas 3 millones de pesos, cuando su costo es más elevado.

En ese sentido, Vega Serrador también se desmarcó de las operaciones que pudo realizar Garibay y la empresa Crisantemos. Sostuvo que la transacción que hizo con este último fue legal y pagó los debidos impuestos.