Monterrey, NL.- Álex (nombre ficticio) tiene 15 años y está enamorado. Desde hace dos años y medio, dice, le gustaba una chica, quien hace apenas seis meses aceptó ser su novia.

No cabe de alegría: hoy pasa su primer Día de San Valentín en pareja.

Pero en los tiempos del Covid-19, vivir el primer amor es todo un reto.

"Es la única persona a la que me dan permiso de abrazar y tener un contacto más cercano fuera de la familia", cuenta el joven, quien cursa el segundo semestre de la prepa.

"Me acuerdo que antes la veía de repente y nos íbamos a caminar por la cuadra, pero creo que ni le agarraba la mano", añade entre risas. "En ese entonces sus papás estaban muy estrictos con el tema (de las medidas sanitarias), ahora como saben que somos novios están un poco más relajados".

Indica que sólo con ella "no se cuida" en cuanto al uso de cubrebocas. Y sí, comparten besos sin mascarilla.

Generalmente la visita en su casa dos o tres veces por semana, si las tareas y los exámenes escolares lo permiten.

Mientras llega el momento de volverse a ver, narra, recurre a las videollamadas. Al terminar la pandemia, lo primero que quiere hacer con ella es ir al cine y quizá cenar en un lindo lugar.

Algo similar atraviesa Omar (nombre ficticio), de 18 años, quien quedó enamorado de su ahora novia a través de la pantalla.

"Es extraño porque mi vida amorosa no empezó hasta la pandemia. Yo la conocía desde antes, pero ni le hablaba", relata el alumno de cuarto semestre de prepa.


"Todo empezó porque teníamos que hacer un proyecto de Sor Juana, nos conectamos por Zoom y empezamos a hablar un poquito más. Luego, cuando pedían trabajos en equipo, nos juntábamos. Después nos hicimos amigos".

El resto, como dicen, es historia.

La ve en persona todos los sábados. Los padres de él son estrictos con las reglas de higiene: le piden llevar cubrebocas cada vez que la visita. Tímidamente, admite que sus besos son esporádicos.

"Sé que es raro, pero la verdad no pasa de besos en el cachete y eso no es como que sea seguido", menciona. "No es que no nos hayamos besado (en la boca) por miedo al Covid, simplemente todavía no estamos en ese punto de la relación".


Lo bueno es que la ve en el salón de clases virtual todos los días, además de que le marca por teléfono, sólo para escuchar su voz.

"Ya quiero que esto (la contingencia sanitaria) acabe para ir a la prepa y estar con ella, caminar en el pasillo, estar juntos en los ratos libres", expresa.

Escenas así muestran los desafíos que los adolescentes viven para forjar lazos de cariño en medio de una crisis sanitaria que demanda el distanciamiento social.

Lo cierto es que, sin importar las órdenes de quedarse en casa, el joven requiere estar en contacto con sus pares, cuenta el psicólogo Javier López, especialista en este grupo de edad.

"Necesita el sentido de pertenencia para desahogar las emociones y las frustraciones", explica. "Siente que ya no es niño, pero tampoco es un adulto, Requiere estar con alguien que está pasando lo mismo que él".


EL RETO DE VER A LOS AMIGOS

"La verdad, no he podido conocer a muchas personas en la pandemia. Apenas iba a entrar a la prepa cuando empezó todo (lo relacionado con el Covid-19). Ahí iba a estar con más gente, así que ha sido difícil", comparte Silvia (nombre ficticio), de 16 años, al ser cuestionada sobre cómo la pandemia ha impactado su vida.

Ahora cursa el segundo semestre de la prepa. Incluso a sus "crushes", dice, los tiene que ver en salidas cortas. No puede ir al cine o a cenar, como le gustaría.

"Me han invitado a ir por un yogur, donde no hay tantas personas. O hacemos entre amigos planes chiquitos en casas, pero no puedo salir como lo hacía antes, no me dejan mis papás".


En medio del encierro, platica, los días escolares parecen eternos y desesperantes. Cuenta las horas para que venga el fin de semana y reunirse con sus amistades. Pero cuando llegan esos momentos, pasan rapidísimo.

¿Y qué hacen cuando están juntos? No pasan las horas hablando de la pandemia, sino de cosas de chicos:

"Si estoy con mis amigas, hablamos de los niños. Y si estamos todos juntos, nos gusta jugar Nintendo Switch, juegos de mesa, nos vamos en bici o hacemos el jueguito de Truth or Dare, que todos conocen.

"Mis papás están muy preocupados por el coronavirus, sí lo toman bastante en serio, pero saben que necesito estar con otras personas. Yo solo quiero que pase porque estoy emocionada en esta etapa de la prepa, pero por ahora me toca estar agradecida, agradecida porque tengo la tecnología para ir a la escuela".


Necesitan sus amigos

En medio de los intensos cambios físicos, hormonales, psicológicos y sexuales, el cuerpo del adolescente dice: "¡sal a estar con tus amigos!".

"Todos necesitamos socializar, pero en el caso del adolescente requiere, además, desarrollar varias competencias, como la confianza, la seguridad, la negociación, la adaptación, la aceptación al rechazo, el vencer miedos", expresa el psicólogo Luis López.

"Es la etapa en la que el chico pertenece a grupos deportivos, artísticos, del salón, de la calle, de los vecinos. Con los amigos ríe, comparte y tiene confianza: ellos son sus pares y están en el mismo barco".

Por si fuera poco, comenta, también llega en este periodo el primer amor, donde, a pesar de no comprender toda la responsabilidad que lleva, el chico o la chica experimenta el noviazgo.

"Es para probar, para saber cómo se siente querer, abrazar, que te amen, que te dé por escribir poemas. Da un anhelo por el cual vivir, estudiar o simplemente echarle ganas. Te puedo decir que este enamoramiento, o crush, es bastante normal y no sólo ocurre entre iguales, sino también con maestros, maestras y hasta artistas".


Los primeros amores y los amigos son importantes en esta etapa porque representan la primera retroalimentación que las personas tienen para saber cómo son para vincularse y amar, resume la psicóloga María Mendiola.

En este punto, indica la experta en psicoterapia en pareja y familia, es importante que los chicos conozcan qué es el amarse a sí mismos.

"(Esto) tiene que ver mucho con aceptación, que aceptes que no eres perfecto, que los demás no son perfectos, que el fracaso es parte de la vida y que el fracaso y el tomar malas decisiones (son cosas) que no te puedes saltar", explica.

"
También tiene que ver con que te cuides, que respetes tu cuerpo, con que respetes tus emociones, con que no te expongas a abusos verbales o abusos físicos".

Cuidado con apps de ligue

Aunque la pandemia de Covid-19 ha cambiado los procesos sociales entre los adolescentes es importante saber: las redes sociales no son el sustituto ideal y es necesario tener cuidado con ellas, advierte el psicólogo López.

"Una red social jamás va a poder cubrir esto porque en un estado, en una foto, en un video me puedo mostrar feliz y pleno, cuando tal vez no me sienta realmente así. Es cuando estoy en la compañía del amigo que noto cómo está de ánimos y le puedo preguntar qué le pasa. Ahí es más difícil fingir".


Es más, expresa, la gente hallada en las plataformas digitales puede no tener la edad ni las intenciones que dice. La exposición del joven al ciberacoso y la pornografía es real, por lo que urge tanto al adolescente como al papá de familia a tomar precaución.

Mientras que redes y apps para conseguir citas como Tinder, Bumble y OkCupid solicitan que sus usuarios tengan 18 años o más, plataformas como Facebook, Twitter e Instagram admiten a adolescentes desde los 13.

Y TikTok dice tener una "experiencia más limitada" para chicos menores de esa edad.

Por todo esto, el consejo del especialista López es permitir que el chico o la chica socialice en persona, pero con responsabilidad.

"Aunque sea una reunión con una persona, o un grupo pequeño de amigos, pero sí es importante ver a la gente. Tal vez los chicos se pueden juntar y platicar, con la sana distancia y el cubrebocas", indica.