hace cerca de 4 años
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Una Navidad en semáforo naranja… casi casi rojo
El gobierno local está debilitado en sus finanzas por la caída de 8% de sus ingresos y se verá obligado a disminuir 21 mil millo
Foto: Zócalo | Especial
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Ciudad de México.- Con la mayor parte de su actividad económica abierta, la Ciudad de México roza las 18 mil defunciones confirmadas por covid-19, mantiene una ocupación hospitalaria de 56.2% y se enfila para alcanzar el pico más grave en camas de hospital, similar al que tuvo en mayo pasado, cuando se decretó el semáforo epidemiológico rojo y la ciudad prácticamente se cerró.
Esa alerta de riesgo pone a la capital en una posición de extrema vulnerabilidad económica que no existía hace siete meses: más de 200 mil empleos formales no recuperados, alrededor de 34 mil 500 micro y pequeños negocios quebrados, millones que sobreviven del comercio informal y están endeudados.
Mientras, el gobierno local está debilitado en sus finanzas por la caída de 8% de sus ingresos y se verá obligado a disminuir 21 mil millones de pesos el presupuesto para 2021.
Frente a este escenario, el viernes 4 la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, “estiró” el semáforo naranja por vigesimocuarta semana consecutiva –desde el pasado 29 de junio– y tercera semana con “alerta al límite”. Renuente a regresar al rojo, por los “graves efectos” económicos que significarían para la capital, aunque reiteradamente se ha negado a dar cifras puntuales, retomó el llamado inicial a “quedarse en casa” y restringió “al mínimo” la operación del gobierno local y los organismos autónomos, así como de la iniciativa privada, entre otras disposiciones que había cuando la CDMX estaba en rojo.
La medida llega para tratar de revertir el hecho de que las calles de la capital están de nuevo llenas de gente que sale a pasear en familia, que hace largas filas para aprovechar el remate de mercancía en tiendas que se retiran del país, que se va a celebrar bodas o quince años al Estado de México o a Morelos o que simplemente usan el cubrebocas de manera incorrecta y no guardan la sana distancia.
Y al mismo tiempo, regresan las historias –de viva voz, en las redes sociales y en la prensa–, de personas que buscan en uno, dos o tres hospitales una cama para un familiar que ya no puede respirar y encuentran la misma respuesta: “Ya no hay cupo”.
Desde principios de octubre la mandataria morenista destacó que había “ligeros” aumentos en las hospitalizaciones. Sin embargo, el 12 de noviembre informó que la tendencia en la CDMX cambió “con un incremento muy importante día con día” y se acercaba más al semáforo rojo.
Al día siguiente advirtió que si seguía esa tendencia, para principios o finales de diciembre “estaríamos de nuevo en una situación como la de mayo”. Dos semanas después, el 27, “recorrió” su estimación al decir que los niveles de mayo se alcanzarían a principios de enero de 2021.
Pero sus informes oficiales tienen otros datos. De acuerdo con el reporte epidemiológico que Sheinbaum ofreció el mediodía del viernes 4, la CDMX tenía una ocupación hospitalaria de 56.2%, con 3 mil 917 personas hospitalizadas, de las cuales 3 mil 19 estaban en camas de atención general y 898 en camas con intubación. En siete días 285 personas más ingresaron al hospital.
Una cifra similar ocurrió el pasado 12 de mayo, cuando el reporte oficial fue de 3 mil 903 personas hospitalizadas –solo 14 menos que en la actualidad–, de las cuales 2 mil 979 estaban en atención general y 932 intubadas, según la página de Datos Abiertos de la CDMX.
Sólo ocho días después –el 20 de mayo–, la capital llegó a su máximo número de hospitalizados en lo que va de la pandemia: 4 mil 540 personas, de las cuales 3 mil 429 estaban en atención general y mil 111 con ventilador artificial. Ese día la morenista presentó su Plan Gradual hacia la Nueva Normalidad y adelantó que la CDMX estaría en rojo hasta el 15 de junio.
Esa alerta de riesgo pone a la capital en una posición de extrema vulnerabilidad económica que no existía hace siete meses: más de 200 mil empleos formales no recuperados, alrededor de 34 mil 500 micro y pequeños negocios quebrados, millones que sobreviven del comercio informal y están endeudados.
Mientras, el gobierno local está debilitado en sus finanzas por la caída de 8% de sus ingresos y se verá obligado a disminuir 21 mil millones de pesos el presupuesto para 2021.
Frente a este escenario, el viernes 4 la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, “estiró” el semáforo naranja por vigesimocuarta semana consecutiva –desde el pasado 29 de junio– y tercera semana con “alerta al límite”. Renuente a regresar al rojo, por los “graves efectos” económicos que significarían para la capital, aunque reiteradamente se ha negado a dar cifras puntuales, retomó el llamado inicial a “quedarse en casa” y restringió “al mínimo” la operación del gobierno local y los organismos autónomos, así como de la iniciativa privada, entre otras disposiciones que había cuando la CDMX estaba en rojo.
La medida llega para tratar de revertir el hecho de que las calles de la capital están de nuevo llenas de gente que sale a pasear en familia, que hace largas filas para aprovechar el remate de mercancía en tiendas que se retiran del país, que se va a celebrar bodas o quince años al Estado de México o a Morelos o que simplemente usan el cubrebocas de manera incorrecta y no guardan la sana distancia.
Y al mismo tiempo, regresan las historias –de viva voz, en las redes sociales y en la prensa–, de personas que buscan en uno, dos o tres hospitales una cama para un familiar que ya no puede respirar y encuentran la misma respuesta: “Ya no hay cupo”.
Desde principios de octubre la mandataria morenista destacó que había “ligeros” aumentos en las hospitalizaciones. Sin embargo, el 12 de noviembre informó que la tendencia en la CDMX cambió “con un incremento muy importante día con día” y se acercaba más al semáforo rojo.
Al día siguiente advirtió que si seguía esa tendencia, para principios o finales de diciembre “estaríamos de nuevo en una situación como la de mayo”. Dos semanas después, el 27, “recorrió” su estimación al decir que los niveles de mayo se alcanzarían a principios de enero de 2021.
Pero sus informes oficiales tienen otros datos. De acuerdo con el reporte epidemiológico que Sheinbaum ofreció el mediodía del viernes 4, la CDMX tenía una ocupación hospitalaria de 56.2%, con 3 mil 917 personas hospitalizadas, de las cuales 3 mil 19 estaban en camas de atención general y 898 en camas con intubación. En siete días 285 personas más ingresaron al hospital.
Una cifra similar ocurrió el pasado 12 de mayo, cuando el reporte oficial fue de 3 mil 903 personas hospitalizadas –solo 14 menos que en la actualidad–, de las cuales 2 mil 979 estaban en atención general y 932 intubadas, según la página de Datos Abiertos de la CDMX.
Sólo ocho días después –el 20 de mayo–, la capital llegó a su máximo número de hospitalizados en lo que va de la pandemia: 4 mil 540 personas, de las cuales 3 mil 429 estaban en atención general y mil 111 con ventilador artificial. Ese día la morenista presentó su Plan Gradual hacia la Nueva Normalidad y adelantó que la CDMX estaría en rojo hasta el 15 de junio.
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